El sacramento de la reconciliación alienta el camino de conversión continua a que estamos llamados los cristianos. En nuestra parroquia, se reserva un día para celebrarlo en un contexto comunitario especial durante los tiempos litúrgicos de Adviento y Cuaresma. Cotidianamente, el sacramento puede recibirse unos 15 ó 20 minutos antes de cada una de las misas. En estos minutos previos a la celebración de la eucaristía, siempre se puede encontrar algún sacerdote dispuesto en los confesionarios o en la sacristía.
Con mucha frecuencia tenía que predicar en las plazas, porque en los templos no cabía la mucha gente que se reunía en cada población para oír la santa Misión. (…) Lo que más me apuraba era el oírlos a todos en confesión general como deseaban hacerla. Al efecto, decía a los demás sacerdotes que me ayudasen y les decía cómo lo habían de practicar para hacerlo bien y prontamente.
(San Antonio María Claret, Aut 481-482)